Carlos Eduardo Murillo Ortiz fue una bendición para todos los que tuvimos la fortuna de tenerlo cerca. Humilde, honesto, bondadoso, generoso y siempre dispuesto a apoyar a quien lo necesitara. Un hijo y hermano ejemplar. Profesionalmente fue un Ingeniero destacado y hoy, es un punto de referencia obligada en la Ingeniería Aeronáutica y en el Ministerio de la Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica como miembro del equipo de Lockheed Martin. En su corta y sobresaliente vida se dedicó a dar lo mejor de sí mismo a cada instante. Ayer emprendió su camino de regreso a Casa.. no es más que un "hasta luego". Dios te Bendiga por siempre. Nosotros, tus padres y tú hermano, te bendecimos con todo nuestro Corazón. (Dic 1994-Ag 2021)
No llores si me amas…
¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si pudieras oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes,
los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo,
la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!
¡Cómo! ¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?
Créeme; cuando la muerte venga a romper las ligaduras,
como ha roto las que a mí me encadenaban,
y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce,
tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a ver a aquel que te amaba y que siempre te ama,
y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme, pero transfigurado,
extático y feliz, no ya esperando la muerte,
sino avanzando contigo,
que me llevarás de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida,
bebiendo con embriaguez a los pies de Dios
un néctar del cual nadie se saciará jamás.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas…
Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.
La muerte no es nada.
No he hecho nada más que pasar al otro lado.
Yo sigo siendo yo.
Tú sigues siendo tú.
Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.
Dame el nombre que siempre me diste.
Háblame como siempre me hablaste.
No emplees un tono distinto.
No adoptes una expresión solemne, ni triste,
sigue riendo de lo que nos hacía reír juntos.
Reza, sonríe, piensa en mí, reza conmigo.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue,
sin énfasis alguno, sin huella alguna de sombra.
La vida es lo que siempre fue: el hilo no se ha cortado,
¿Por qué habría de estar yo fuera de tus pensamientos?
¿sólo porque estoy fuera de tu vista?
No estoy lejos… tan solo a la vuelta del camino.
Lo ves, todo está bien…
Volverás a encontrar mi corazón, volverás a encontrar su ternura acendrada.
Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas.
Con todo mi cariño, con toda tu alegría
S Agustín.
Carlos Eduardo Murillo Ortiz was a blessing for all of us who were fortunate to have him around. Humble, honest, kind, generous and always ready to support those who need it. An exemplary son and brother. Professionally, he was an outstanding Engineer and today, he is an obligatory point of reference in Aeronautical Engineering and in the Ministry of Defense of the United States as a member of the Lockheed Martin team. In his short and outstanding life he dedicated himself to giving the best of himself at every moment. Yesterday he started his way back home .. it's just a "see you later." God bless you forever. We, your parents and your brother, bless you with all our Heart.
(Dec1994-Aug2021)
Don't cry if you love me ...
If you only knew the gift of God and what Heaven is!
If only you could hear the song of the Angels and see me in their midst!
If you could see horizons unfold before your eyes,
the eternal fields and the new paths that I traverse!
If for a moment you could contemplate, like me,
the beauty before which all beauties pale!
How! Have you seen me, have you loved me in the land of shadows
And don't you resign yourself to seeing me and loving me in the land of immutable realities?
Trust me; when death comes to break the bonds,
how he has broken those that chained me,
and when one day, that God has fixed and knows,
your soul come to this Heaven where mine has preceded you,
that day you will see again the one who loved you and who always loves you,
and you will find your heart with all its purified tenderness.
You will see me again, but transfigured,
ecstatic and happy, no longer waiting for death,
but moving forward with you,
that you will lead me by the hand along the new paths of light and life,
drinking drunkenly at the feet of God
a nectar that no one will ever be satisfied with.
Wipe away your tears and do not cry if you love me…
What we were to each other, we continue to be.
The death is nothing.
I have done nothing but pass to the other side.
I am still me.
You are still you.
What we were to each other, we continue to be.
Give me the name you always gave me.
Talk to me like you always spoke to me.
Don't use a different tone.
Do not adopt a solemn or sad expression,
keep laughing at what made us laugh together.
Pray, smile, think of me, pray with me.
May my name be spoken at home as it always was,
without any emphasis, without any trace of shadow.
Life is what it always was: the thread has not been cut,
Why should I be out of your thoughts?
Just because I'm out of your sight
I'm not far ... just around the corner.
You see, everything is fine ...
You will find my heart again, you will again find the steely tenderness of it.
Wipe away your tears and don't cry if you love me.
With all my love, with all your joy
S Augustine.